“Raíces que nutren. Brotes de esperanza”
Veinte años ya del asesinato de Fernando Buesa y Jorge Díez. Veinte años en los que han pasado muchas cosas: la más importante de ellas, desde la perspectiva de nuestra Fundación, la desaparición de la banda terrorista ETA.
Un guarismo tan redondo es una oportunidad para recordar y repensar la trayectoria de Fernando como padre, esposo, ciudadano, político y, particularmente, como hombre comprometido con la libertad y la democracia. Muchas de sus intervenciones resuenan aún prístinas y precisas en la denuncia de una enfermedad moral que todavía en el primer decenio del siglo XXI dejó mucho dolor y muchas víctimas. Ninguna idea, ninguna, puede invocarse como argumento para matar o morir por ella. Ese era el argumento central de Fernando. Ninguna, porque si hubiera alguna no se edificaría con ella sino un mundo soportado en el totalitarismo. Con esto completaba su reflexión, tan sintética como certera, incluso en aquellos tiempos en que manejábamos como normales argumentos que hoy nos resultan extravagantes y criminales. Pero Fernando fue de los que pronto lo vio claro.
Una mirada clarividente que hemos pretendido renovar a cada momento, con terrorismo y después de este, a través de la actividad de la fundación que lleva su nombre y que también cumple veinte años. Un esfuerzo compartido y plural para defender, por encima de todas las cosas el valor de la palabra y el respeto absoluto a la dignidad humana. Porque todavía las palabras de Fernando siguen siendo fuente de esperanza para construir una sociedad mejor.