JESÚS

JESÚS

Sarak emandako hazia etxean degun lorontzian landatu nuen eta apaltxo apaltxo hasi da handitzen. Ederra ikusteko zaindu, urestatu eta ongarria bota beharko diogu. La planté, con todo cariño, en una de las jardiberas de casa. Despacio, con timidez, pero poco a poco comienza a crecer esa semilla de recuerdo emocionado, de amor, en definitiva, que nos regaló Sara. Espero que así crezcan el encuentro entre diferentes, el respeto al discrepante, la aceptación de la pluralidad en nuestra sociedad. Para ello será necesario trabajar la tierra, limpiarla de malas hierbas, regar con cariño y cuidarla para que florezca.