BOLETÍN
DIGITAL nº95 OCTUBRE -
2024
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“Herencias
del franquismo y el terrorismo”
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La consideración de las víctimas de
la violencia política y su memoria
es una cuestión que sigue pendiente
en nuestro país y generando
tensiones entre diferentes sectores
de la sociedad. Tanto si hablamos de
las víctimas de la guerra civil y
del franquismo como si lo hacemos de
las de los diversos terrorismos,
quedan sin resolver aspectos
fundamentales que afectan
indistintamente a la actitud de la
ciudadanía o de las instituciones
públicas para con ellas. El
tratamiento, por diversas razones,
no es el mismo en todos los casos, y
ello genera una lógica sensación de
discriminación que debería
resolverse.
A esas diferencias de trato, ya sea
institucional o social, se le puede
sumar ahora otra nueva relacionada
con cómo se valoran unas y otras. La
reciente ley de Memoria Democrática
de 2022 da un paso más para
reconocer a todos los efectos a las
víctimas de la guerra y de la
dictadura. Sin embargo, ello puede
abrir sin quererlo una
diferenciación de víctimas, de
manera que estas últimas
pertenecieran o se adjudicaran a un
determinado cuerpo social y hasta
ideológico, y las del terrorismo
fueran vinculadas a otro distinto.
Ello sería un error fatal porque lo
que las une es muchísimo más de lo
que las distingue, aunque el primer
paso sea eliminar las diferencias de
trato. Desde ahí, será más fácil
apreciar cómo todas ellas pertenecen
a una misma lógica: la de quienes
atentaron contra ellas para sostener
proyectos o ventajas políticas
autoritarias, y cómo todas
representan vicariamente unos mismos
valores: los de la libertad de
criterio, la pluralidad, y la
democracia y el Estado de derecho.
En ese sentido, siendo harto
distintos, el franquismo y los
diversos terrorismos coincidieron en
sus objetivos y en sus formas
violentas, del mismo modo que sus
víctimas, todas ellas, sin
distinción, representan lo contrario
de lo que pretendieron aquellos y
los valores que sostienen
ciudadanías libres como pretendemos
sea la nuestra.
El XXII Seminario Fernando Buesa,
organizado por esta Fundación y por
el Instituto Valentín de Foronda,
bajo el título de “Herencias del
franquismo y del terrorismo. La
consideración de sus memorias y sus
víctimas”, va a tratar los días 24 y
25 de octubre estas cuestiones. Para
ello se van a acercar a
Vitoria-Gasteiz, al campus de su
Universidad Pública (UPV/EHU),
reconocidos expertos sobre la
cuestión. Historiadores,
representantes de las ciencias
sociales y también víctimas de
diversas violencias políticas
tratarán estos temas con el objeto
de contribuir mediante la reflexión
a que todas las víctimas y sus
memorias sean consideradas de la
misma forma, removiendo para ello
los obstáculos institucionales,
sociales e incluso políticos que
todavía las diferencian sin motivo.
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Centro de Investigación
Micaela Portilla
(Salón
de actos)
Campus de
Álava de la UPV/EHU
c/ Justo
Velez de Elorriaga, 1
01006 -
Vitoria-Gasteiz
La todavía
reciente Ley 20/2022 de Memoria
Democrática ha reiterado el esfuerzo
y compromiso que se formuló ya en la
anterior de 2007 para reconocer los
derechos a la verdad, la justicia y
la reparación de las víctimas del
golpe de Estado de 1936, de la
guerra civil a que dio lugar y del
régimen franquista que le siguió. En
esa nueva norma se establece la
necesidad de recordar a estas
víctimas como expresión de una
memoria democrática que sirva de
soporte y de vínculo ciudadano al
proyecto de país que construimos.
En ese sentido, las leyes de Memoria
Democrática no difieren en nada en
cuanto a la intención, filosofía y
consideración de las víctimas y de
la memoria de ese tiempo de lo que
también se ha establecido para
referirse a las de los diversos
terrorismos del último medio siglo.
Ello no obsta para que en ocasiones
se haya buscado la confrontación
entre esos dos tipos de víctimas,
las de la dictadura y las del
terrorismo, como si unas y otras
representaran cosas diferentes o
incluso pertenecieran a campos
políticos o ideológicos encontrados.
Del mismo modo, la consideración de
la naturaleza de sus respectivos
victimarios, las intenciones
políticas que anidaban tras de sus
violencias, se ha tratado de
diferenciar, como se ha querido
hacer también con la denuncia de
esos idearios criminales o con la
necesidad de fundamentar una memoria
común sobre los recuerdos del mal y
del dolor producidos.
En definitiva, lo que se solventaría
con una coincidencia sin resquicios
en cuanto a necesidad común de
verdad, justicia y reparación para
todas las víctimas y para esos
pasados sucios de nuestra historia,
como han hecho en general las leyes,
no encuentra el mismo criterio en
algunos sectores de la opinión
pública e incluso de las formaciones
políticas y sociales.
El XXII Seminario de la Fundación
Fernando Buesa Blanco, tratará de
afrontar esa realidad para analizar
las causas que la explican y para
buscar soluciones en el terreno
social, de manera que ese ámbito y
el legal, el real y cotidiano y el
más formal y normativo, no presenten
desajustes y disonancias. Se trata
de responder a la pregunta de por
qué no tomamos por igual a todos los
efectos a las víctimas del
franquismo y del terrorismo. O si
acaso hay diferencias de
consideración o de trato que no se
han tenido suficientemente en
cuenta. Si habría que establecer
alguna diferencia en cuanto a las
políticas públicas de memoria. Si no
son, como suponemos de partida,
víctimas todas iguales en tanto que
producto de proyectos criminales en
la forma y totalitarios en su objeto
político final.
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Fundación
Fernando Buesa Blanco Fundazioa
C/
Los Herrán 46 C-bajo - 01003
Vitoria-Gasteiz
(Álava)
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